Discurso Fin de Curso
Agonizaba el verano en brazos del otoño, cuando creíamos que este momento no llegaría nunca, y aquí estamos.
Llegó el momento de la despedida, llegó la hora de decir adiós a compañeros como Rocío, Elena, Alicia, Mª Jesús, Bernar, mejor un hasta luego, auténticos desconocidos hace unos meses. Distintas experiencias, aspiraciones, creencias nos separaban; las mismas que hoy por hoy nos unen.
En primer lugar dar las gracias a todos los presentes (padres, madres, amigos, alumnos, alumnas, compañeros, profesores…) por tantas vivencias a lo largo de este curso, por tantas ayudas prestadas, por tantos conocimientos proporcionados, por tantos…
Y en segundo lugar despedir a los chicos y chicas de 6º, que así les nombrarán a partir de ahora, pasan de ser niños a ser primerizos adolescentes, con tanto y tantos cambios, que nos tenemos que armar de paciencia, familias; y también será difícil para ellos.
Hoy echamos el telón a una escena más de nuestra vida. Una escena donde nos hemos convertido en una gran familia, y ahora pese a que nos cueste, llega el momento de separarnos. Tal vez para siempre. Sobre todo a vosotros 6º, que empezáis a caminar por un camino diferente y muy bueno, en el que aprenderéis nuevas vivencias, conoceréis a gente muy diversa y que con el tiempo encontrarán a esos grandes amigos que se tienen para toda la vida y algunos incluso su primer amor, ¿por qué no?
En palabras de Antonio Machado “Todo pasa y nada queda, y lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar”
Puede parecer que todo nuestro esfuerzo aquí, sirve, para que consigáis una nota numérica, pero lo cierto, es que, cuando pase el tiempo, esa nota caerá en el olvido y solo quedarán recuerdos.
Muchos dicen, que de cada cinco cosas que recordamos, cuatro son negativas, pero en este caso se equivocan. Queremos que con el paso de los años, cuando el espacio y el tiempo nos separen y por algún capricho del destino nuestros caminos vuelvan a cruzarse; recordemos que un día fuimos charlatanes, nos enfadamos juntos o no nos gustó algo, recordaremos de forma positiva una frase, una palabra, un suceso, una clase, un chiste, una imagen que se grabó en nuestras mentes adolescentes un día, ya lejano. Incluso añoraremos aquellos días de nerviosismo y tensión por los exámenes.
No podemos finalizar nuestro discurso sin acordarnos de una gran maestra, Rosario, presente en la memoria de todos y cada uno de nosotros. Los recuerdos que habrá dejado en vosotros son indelebles y los transmitiréis a vuestras familias para no olvidarlos jamás.
Para terminar hacemos nuestras las palabras de Gabriel García Márquez “No llores porque se terminó y sonríe porque sucedió”
Resulta difícil decir adiós, pero este adiós no es un “hasta nunca” sino un eterno “hasta luego”. Por mucho tiempo que pase, os tendremos siempre en la cabeza, en el corazón. Feliz Verano.